martes, 17 de septiembre de 2013

Necios...

Hoy, a las 14:54 a.m., en este caluroso 17 de Septiembre del 2013, he llegado a una conclusión: Los humanos hemos asesinado el infinito. Y con ello nos hemos anclado los tobillos al paso del tiempo. Inventando las horas, los días, los meses, los años... Limitándonos así a una medida y, ¿Para qué? Nos hemos fallado. Porque si lo pensamos sin tiempo no seríamos ni viejos, ni jóvenes. Ni 'se nos pasaría el arroz', ni sería jamás 'demasiado pronto'. Seríamos simplemente 'personas' si no nos hubiésemos auto mutilado de esta manera.
¿Quién necesita tiempo? ¿A quién le gusta llegar tarde? ¿Realmente alguien ama esperar? Yo, desde luego, no. Pero a dónde quiero llegar es a hablar sobre la sangría que hemos montado con 'el infinito'; ¿Qué nos habrá hecho para acabar así? Encerrado bajo una tapa de cristal que no se raya y apuntado eternamente por tres varillas, callando sus gritos de socorro bajo un molesto y caótico tic-tac... ¡Ay, lo que daría yo por ser infinita! Por no esperar a las 7:30 para poder hablar contigo, ni saber que en poco tiempo vas a desaparecer...


"Las mujeres se enamoran por lo que oyen, los hombres por lo que ven... Por eso las mujeres se maquillan y los hombres mienten."

domingo, 26 de mayo de 2013

Suspiros a destiempo.

Siempre dicen que el tiempo pone a cada uno en su lugar, pero yo aún no estoy en tu cama.
Ay,.. Supongo que será el karma, o es que en el tren ya no quedaban sitios para mi, o tal vez estos milímetros se han enredado en mis tobillos... No sé. Pero sea como sea qué más dará llorar a estas alturas, si sólo me pueden abrazar las nubes. 
Veréis, mi problema comenzó en 1997, cuando nací. Más tarde, cuando tenía cuatro años, cambié 'La Sirenita' por 'Titanic' y le dije a mi madre que el amor es lo que te hunde, no lo que te saca del agua. Desde entonces, he ido dando pequeños pasos hacia lo que yo llamaría mi 'hecatombe sentimental'. Y todo iba rápido: A los siete años lo que más me gustaba eran las Barbies y a los catorce ya aprendí para qué servía una polla.
Ya veis; el mundo no me dejaba tiempo para la improvisación y a esas edades yo lo único que sabía hacer era vivir... Aparentemente. Y digo eso porque si a los cuatro me enamoré de DiCaprio, a los siete de Ken y a los catorce de un hijo de puta es que algún factor había ahí; haciendo que mi pequeño, frágil e inexperto corazón desease bombear a mil por hora mientras yo buscaba amor en cada esquina... El problema está en que yo sólo pido un único y gran requisito, EL AMANTE IDEAL DEBE SER CULTO: Debe denotar interés en las conversaciones sobre literatura (ya sea clásica, moderna o una absoluta basura). Ver la cultura en sí como un buen punto de apoyo, sobre todo cuando necesitas soportar las embestidas y no tienes nada más a mano que una estantería llena de novelas y poesía. Entre los cuales no es necesario un tomo de 'Romeo y Julieta', pero sí sumarán puntos pequeños imprescindibles como Bukowski, Bécquer, Neruda o Lorca, y un par de perlas más como, por ejemplo, 'Crimen y Castigo' 'El Conde de Montecristo'.
Sé que es mucho pedir, pero yo, entusiasta, sigo esperando. Porque fijaros en cuánto nos complicamos algunas; en cuánta importancia le damos al dolor y al amor, en cuánto estamos dispuestas a perder a cambio de un poco de cariño, pero aquí seguimos:

Tristemente felices y solas. 

Porque así es nuestra naturaleza, aunque luchemos contra ella y nos digamos cada día que estamos más guapas sin hombres que nos pongan ese molesto mechón de pelo detrás de la oreja. Aunque creamos que podemos ser sin ellos, que podemos, ¡Claro!, pero venir a un bar y pedir un Martin Miller porque sabes que él llegará de un momento a otro y al besarle le sorprenderás con su sabor favorito no es lo mismo que venir y pedirte un ron cualquiera porque lo único que te apetece es quemarte la garganta para no volver a gemir su nombre nunca más.
Siempre estaremos buscando 'algo más', aunque probablemente ya lo tengamos todoY no hay mejor forma de hacerlo que asimilando el hecho de que el Mundo y los hombres son mucho más sencillos que nosotras.

jueves, 16 de mayo de 2013

Es sencillo.

¿Alguna vez habéis nadado en pozos sin fondo? ¿Habéis tropezado con piedras caminando sobre la acera? ¿No? Pues ya me diréis entonces qué habéis vivido, y cómo. Y dónde, y con quién; quién os ha dicho que eso que dejáis pasar es vida, y dónde es que está ese sitio en el que tenéis escondidas vuestras ganas de no ser uno más de los tantos que caminan con la cabeza gacha.
Yo también conocí a personas que intentaron enseñarme el lado fácil de las cosas, pero lo que no sabían ellas es que nunca fue lo mismo 'fácil' y 'sencillo'.
Lo fácil es todo aquello que se asimila tal cual; sin vueltas. Son heridas que te dejas hacer por cobardía, son trenes que no coges por pereza y, por consecuencia, es ser un completo gilipollas. Por otra parte, lo sencillo lo es porque nosotros queremos que lo sea; los problemas son sencillos si los llevamos al desguace y los convertimos en sucias y simples piezas que, o encajan o no encajan. Así de simple. Una vez que aprendí esa diferencia también aprendí a ver con el alma, a tocar con la mirada. Aprendí a no temerle a los vicios. Aprendí a disfrutar de todas esas semanas de cada una de las estaciones del año; aprendí a ser calor en Invierno y a tener las manos siempre frías en Verano. A recoger hojas en el Otoño con cualquiera de mis sonrisas y, sobre todo, aprendí a disfrutar de las flores en Primavera; aunque muy a menudo, me topaba con más de un capullo...
Me contradije, y de repente todo fue sencillo.
Lo fue, porque apunté sobre el gotelé cada solución no válida y dejé encima del escritorio esa bombilla que alumbraba mi rostro cada vez que te miré y tú no estabas.
Lo fue, porque guardé mis fobias bajo llave dentro de esas famosas pequitas mías.

Simplemente, lo fue.

Fue mi vacío.

Fui yo.

Fue sencillo.

lunes, 29 de abril de 2013

¡Qué triste puede ser la gloria!


Me gusta ver llover por la noche y más aún no preocuparme por qué ponerme, al menos cuando estoy sola en casa. A causa de eso último, antes siempre pensaba mucho en el vecino, ese viejo de pelo gris que nunca saluda; ‘¿Y si me ve?, ¡Ay, qué pudor!,..’ Pero una noche de estas me dije: '¿Cuántas tetas habrá visto el hombre en su vida?' Y entonces me puse a pensar en ello, sentándome desnuda delante de la ventana.
En 70 años debieron ser muchas tetas, ¿No? Cuando yo era niña siempre me imaginaba cómo sería o dónde estaría o qué sería de mayor. Ya sabes, los sueños normales: que tendria una casa, una familia, y cosas así...
¡No es que me esté quejando ni nada de eso! Porque la verdad es que tengo un pájaro que me despierta piando  una casa preciosa, un mando a distancia que manejo yo sola—lo cual es importante—. Sin embargo, nunca he conocido a nadie con quien poder reírme.

¿Tú crees en el amor a primera vista? No, seguro que eres demasiado sensato para eso...

¿En alguna ocasión has visto a alguien y has sabido que si esa persona te conociera bien, seguro que abandonaría a ese modelo perfecto con el que estuviera y comprendería que tú eras el único con el que quería envejecer?