lunes, 29 de abril de 2013

¡Qué triste puede ser la gloria!


Me gusta ver llover por la noche y más aún no preocuparme por qué ponerme, al menos cuando estoy sola en casa. A causa de eso último, antes siempre pensaba mucho en el vecino, ese viejo de pelo gris que nunca saluda; ‘¿Y si me ve?, ¡Ay, qué pudor!,..’ Pero una noche de estas me dije: '¿Cuántas tetas habrá visto el hombre en su vida?' Y entonces me puse a pensar en ello, sentándome desnuda delante de la ventana.
En 70 años debieron ser muchas tetas, ¿No? Cuando yo era niña siempre me imaginaba cómo sería o dónde estaría o qué sería de mayor. Ya sabes, los sueños normales: que tendria una casa, una familia, y cosas así...
¡No es que me esté quejando ni nada de eso! Porque la verdad es que tengo un pájaro que me despierta piando  una casa preciosa, un mando a distancia que manejo yo sola—lo cual es importante—. Sin embargo, nunca he conocido a nadie con quien poder reírme.

¿Tú crees en el amor a primera vista? No, seguro que eres demasiado sensato para eso...

¿En alguna ocasión has visto a alguien y has sabido que si esa persona te conociera bien, seguro que abandonaría a ese modelo perfecto con el que estuviera y comprendería que tú eras el único con el que quería envejecer?